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«Los oligarcas siguen siendo nuestro principal enemigo»

Katerina Ruskeich
«Los oligarcas siguen siendo nuestro principal enemigo»
Todo el mundo ha podido ver otra vez la rapidez con la que los fascistas y los mismos oligarcas han vuelto a llegar a un acuerdo

30.06.2015

Del editor de LIVA: Esta es una de las últimas entrevistas concedidas por Alexey Mozgovoy, comandante de la brigada Prizrak, quien abiertamente repitió que los residentes de Donbass y de Ucrania deberían unir sus fuerzas para acabar con el poder de los multimillonarios capitalistas de ambos lados de la línea del frente. El 9 de mayo de 2015, inmediatamente después de la celebración del Día de la Victoria en el centro de Alchevsk, nos dirigimos a uno de los barrios de esta ciudad de clase obrera, a un parque infantil que los soldados ayudaban a reconstruir.

Los políticos ucranianos normalmente se toman estos eventos como actos de propaganda. Pero ahí no había ni cámaras ni espectadores impresionados. Dejando de lado las armas, Mozgovoy y los soldados de su unidad se unieron a un grupo de comunistas de Grecia e Italia para trabajar juntos y charlar entre ellos mientras instalaban columpios y toboganes para los niños. También recibieron la ayuda de varios niños de los barrios cercanos. Los periodistas de LIVA tuvieron la oportunidad de plantear sus preguntas a Mozgovoy

Estos días de mayo en Alchevsk estuvieron marcados por la celebración de un evento: un foro internacional antifascista que reunió a activistas de izquierdas de Italia, Grecia, Reino Unido, Alemania, España, Polonia, Turquía, Bielorrusia, Rusia y Ucrania. Entre ellos se encontraban dos populares grupos musicales de ideología de izquierdas, los turcos Yorum y los italianos Banda Bassotti, así como periodistas de un buen número de publicaciones internacionales.

En el último momento, las autoridades de Lugansk se negaron a celebrar el evento, un foro demasiado escorado a la izquierda, y Mozgovoy se comprometió a garantizar que se celebrara en Alchevsk, sin miedo a que pudiera causar un problema para él. Así lo expresó el propio Mozgovoy durante su discurso de apertura de un foro en el que no dudó en relacionarse activamente y sin arrogancia alguna con los periodistas de izquierdas.

Los participantes del foro tuvieron la ocasión de presenciar el tipo de trabajo que el comandante de la brigada Przirak y los comunistas y activistas políticos de la brigada venían realizando en Alchevsk: ayudas a las guarderías y colegios o distribución gratuita de medicinas y alimentos a aquellos que lo necesitan. También conocieron los planes para la reconstrucción de esta zona asolada por la guerra, cuyos viejos dueños han huido hace ya tiempo a Kiev, Moscú o la Unión Europea.

Conversando con la población local en las calles de Alchevsk y Stakhanov en las festividades para conmemorar el Día de la Victoria y en los conciertos que reunieron a miles de personas, pudieron apreciar la popularidad de Mozgovoy entre los residentes de la ciudad, con quienes hablaba franca y abiertamente. Todo ello se debatió en entusiasmadas discusiones que unieron a activistas de Rozhava, que hablaron de la experiencia kurda y del autogobierno; activistas de Grecia y España, que discutieron sobre las políticas de Syriza y Podemos; un organizador del movimiento sindical británico, que compartió su experiencia o los activistas italianos, que hablaron de la importancia de las nuevas tecnologías para el desarrollo de los movimientos de izquierdas y que se ofrecieron a compartir sus conocimientos para aplicarlos en la práctica.

Nada de esto podría dejar de interesar al propio Mozgovoy a la hora de definir sus ideas y puntos de vista, hasta ahora algo difusos, como inevitablemente le ocurre a cualquier persona que nunca antes se había involucrado en política. Es por eso que es particularmente triste que este hombre realmente extraordinario y brillante muriera trágicamente pocos días después, en las afueras de Alchevsk, asesinado en una emboscada junto a su jefa de prensa y miembros de su equipo de seguridad.

La ola de actos en su memoria se ha extendido, no solo en Donbass, sino en otros muchos países del mundo, demostrando la importancia simbólica de este hombre, precisamente porque mientras muchos intelectuales nacionalistas avivan el fuego de una guerra civil por los intereses de los capitalistas, Alexey Mozgovoy, natural del pueblo de Nizhyaya Duvanka, había declarado abiertamente la necesidad de una lucha de clases que podría unir a todos los ucranianos en la lucha contra el verdadero enemigo.

– LIVA: Alexey, ha ayudado a organizar un foro de izquierdas al que han acudido activistas comunistas, sindicalistas y organizaciones estudiantiles, más de cien personas procedentes de diez países. Ya se sabe que las autoridades de Lugansk, que inicialmente prometieron apoyar el acto, finalmente se negaron a hacerlo. Pero, cuando tras esa negativa se le presentó una petición, inmediatamente aceptó organizar el acto en Alchevsk. ¿Cuál es la importancia de este acto? Es poco común para Donbass, se puede decir que también en la antigua Unión Soviética, donde no hay nada parecido a estos foros de izquierdas. 

– Creo que es importante aprovechar esta oportunidad para dar a conocer lo que está pasando aquí y para asegurar el apoyo de quienes tienen un punto de vista similar en el extranjero. Comprendemos que los medios de comunicación, no solo los ucranianos, lo distorsionan todo. Se puede decir que los canales ucranianos nunca muestran ningún tipo de verdad sobre lo que ocurre aquí. Creo que la situación es la misma en Europa. Esta reunión, este congreso, abre una posibilidad para la gente que ha venido –e insisto que lo han hecho por su propia voluntad, porque no los conocía hasta ahora y no les he invitado a ellos en concreto- para ver en primera persona cómo vivimos aquí, qué estamos haciendo y qué está pasando en realidad, tanto en Alchevsk como en Donbass. También para los periodistas.

Sí, ha habido presiones. Pero a pesar de todo celebramos el foro. Quiero que nuestros invitados tengan la oportunidad de hablar con la gente, de observar nuestra vida, nuestros problemas y nuestro trabajo. Así es como podemos aprender más los unos de los otros. Por eso apoyé esta reunión. Aquí todos somos libres y vivimos en una tierra libre. Aquí nadie destruye monumentos a Lenin y nadie prohíbe las banderas rojas ni la hoz y el martillo.

Estamos compartiendo nuestras experiencias, aprendiendo muchas cosas nuevas. Ahora nos estaban hablando sobre la guerra civil en Grecia y cómo fue.

– En mayo del año pasado, habló de los oligarcas como el principal enemigo del pueblo de Donbass y de Ucrania. ¿Ha cambiado algo o sigue manteniendo esa postura?

– Nada ha cambiado. Los oligarcas siguen siendo nuestro principal enemigo. No solo para nosotros, sino también para los residentes de Kiev o Dnepropetrovsk. Todo este tiempo he querido preguntarles por qué luchan contra Donbass y no contra esos oligarcas.

Pero también hay otro enemigo: nosotros mismos, yo diría que nuestra conciencia. No podemos engañarnos pensando que todo se va a arreglar por sí mismo y que, de repente, todo irá bien. Simplemente no tenemos tiempo para estas falsedades. Tenemos que aceptar nuestra responsabilidad y actuar.

– Háblenos de sus proyectos sociales. Hemos visto cómo ayuda a la población: se ha establecido una cadena de puntos de distribución de alimentos gratuitos, se han reparado las guarderías y colegios, se pagan los salarios de los profesores, al menos parcialmente. Ahora también hay parques infantiles.

– Hacemos todo lo que las instituciones de un gobierno popular deben hacer, autoridades que no se esconden de su pueblo, que no le mienten y que no le escupen. Ayudamos a los pobres y a los necesitados, intentamos llegar a todo el que necesita ayuda en estas condiciones de guerra tan difíciles.

La asistencia a guarderías y colegios es la tarea principal en cualquier situación. Tienen que funcionar, ni siquiera la guerra debe ser obstáculo para el aprendizaje de los niños. Simplemente ayudamos para asegurarnos de que los colegios estén abiertos, que los niños puedan ir a clase y que los profesores trabajen como lo han hecho siempre. Sin esto no hay futuro.

Y los parques infantiles…Tenemos que construirlos para que en el futuro no tengamos que cavar trincheras. Creo que hay que prestar más atención a la educación de los jóvenes, para asegurarnos de que estos niños no sean educados por la televisión, como les ocurre a los del Praviy Sector, sino por nosotros. Creemos que se deben crear nuevos clubes deportivos para los jóvenes y ya hemos organizado el club de fútbol SKA-Prizrak. Los chicos juegan junto a soldados de la milicia y se comunican. Hasta ahora, pocos se han preocupado por relacionarse con estos chicos. En Ucrania vemos ahora a qué lleva esto.

– ¿Cómo puede asegurarse de que estas políticas sociales se implementan en condiciones de guerra?

– No es una tarea fácil. Por ejemplo, tratamos de organizar un sistema de agricultura de subsistencia, nuestra granja, para dar de comer a Alchevsk con nuestros propios productos, para así no depender de nadie en este sentido. Esto empieza a mejorar nuestra situación. Cuatro comedores sociales dan de comer a alrededor de 7.000 personas que lo necesitan. Ya los han visto, han podido hablar con quienes comen allí. Pero esto no es más que el principio.

– El foro antifascista, el desfile por el aniversario del Día de la Victoria contra el nazismo. ¿Qué significa el antifascismo para usted?

– Es la lucha contra la esclavitud de nuestro pueblo. Todo el mundo ha podido ver otra vez la rapidez con la que los fascistas y los mismos oligarcas han vuelto a llegar a un acuerdo. Da igual si es Krupp o Kolomoisky. Se construyó en una oligarquía en el país a la que inevitablemente siguió el fascismo. Así es como fue y así es como será en el futuro. El Día de la Victoria es necesario, no solo para los desfiles, sino para asegurarnos de que nunca olvidemos esto. Muchos pensaron que este mal nunca más volvería a renacer. Después de todo, ya había pasado mucho tiempo desde la guerra. Pero no. Ha vuelto a surgir.

– ¿Qué le pareció el concierto de Banda Bassotti? ¿Le gustó?

– Escuché canciones que me resultaron conocidas de la época soviética. Escuché canciones de los partisanos italianos. Pero, en general, todos han visto cuántos residentes de la ciudad han venido al concierto y cómo han vivido la música. Ha sido una fiesta para la ciudad.

Katerina Ruskeich

Sociologia critica

Liva


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